
En los hogares dominicanos, las pantallas se han convertido en una presencia constante. Tabletas, celulares y televisores acompañan a los niños desde sus primeros años de vida, cambiando la forma en que juegan, aprenden y se relacionan. Pero, ¿qué impacto real tiene esta exposición continua a la tecnología? La respuesta, según padres y expertos, depende del equilibrio con que se utilicen.
Una realidad que toca de cerca a las familias dominicanas
Cada vez más padres se enfrentan al dilema de cuánto tiempo permitir a sus hijos frente a las pantallas. En muchos casos, la tecnología se ha convertido en una especie de “niñera digital”, usada para mantener a los niños tranquilos o entretenidos. Sin embargo, algunos padres comienzan a establecer límites más claros.
Un ejemplo claro es el de una familia dominicana donde la madre de dos niños decidió aplicar reglas estrictas sobre el uso de tablets y celulares. Ella estableció que los dispositivos solo pueden utilizarse los fines de semana, una medida que, según sus propias observaciones, mejoró el comportamiento y la concentración de sus hijos.
“El cambio fue notable”, comenta el padre. “Cuando mi hijo usaba aparatos tecnológicos todos los días, se mostraba más agresivo y distraído. Al limitar su uso solo a los fines de semana, su rendimiento escolar aumentó y también su comportamiento en casa”.
Este testimonio refleja una situación cada vez más común en el país: la necesidad de establecer una educación digital responsable desde el hogar.
Efectos positivos del uso tecnológico

No todo en el mundo digital es negativo. La tecnología, usada de forma adecuada, puede convertirse en una herramienta poderosa para el aprendizaje. Existen aplicaciones educativas que ayudan a los niños a mejorar su lectura, aprender idiomas o desarrollar habilidades matemáticas a través del juego.
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En el caso de los estudiantes dominicanos, plataformas digitales impulsadas durante la pandemia demostraron que la tecnología puede facilitar la educación a distancia y despertar la curiosidad por aprender de forma autónoma. La clave está en el acompañamiento de los adultos y en la selección de contenidos apropiados.
Los riesgos de la exposición constante

Sin embargo, los efectos negativos del uso excesivo de pantallas son cada vez más evidentes. Psicólogos y pedagogos advierten sobre el aumento de la agresividad, la distracción y la pérdida de habilidades sociales en niños que pasan muchas horas frente a dispositivos.
El exceso de estimulación visual puede alterar el sueño, afectar la atención y generar adicción a los videojuegos o redes sociales. En barrios y comunidades del país, es común ver a niños pequeños jugando con celulares en colmados o en las calles, lo que revela un problema cultural más profundo: la falta de control y orientación digital en el hogar.
Lo que dicen los expertos y las políticas educativas
El Ministerio de Educación de República Dominicana ha reconocido la importancia de la tecnología en la enseñanza, pero también promueve un uso equilibrado. Algunas escuelas privadas han comenzado a implementar horarios digitales limitados y actividades sin pantallas para fortalecer la creatividad y la interacción humana.
Expertos en psicología infantil recomiendan un uso máximo de una hora diaria de pantallas para niños menores de 10 años y siempre bajo la supervisión de un adulto.
Un llamado a la conciencia digital
La tecnología llegó para quedarse, y los niños dominicanos serán los principales protagonistas de esa nueva era. Pero el reto no está en evitar las pantallas, sino en enseñar a usarlas con responsabilidad.
El ejemplo de las familias que establecen límites demuestra que el control consciente puede marcar una diferencia positiva en el comportamiento y desarrollo de los niños. En definitiva, la educación digital comienza en casa, con padres dispuestos a equilibrar el entretenimiento y el aprendizaje, para formar una generación que crezca conectada, pero también consciente.





